Entrevista a Elena Irureta

Para celebrar el 8 de marzo, Día de la Mujer Trabajadora, desde el Museo Oiasso hemos querido conocer más de cerca a una de las mujeres de referencia en la televisión actual. Hemos entrevistado a la actriz Elena Irureta y hemos repasado algunos de los hitos más relevantes de su carrera.

Biografía

Nacida en Zumaia, Elena Irureta Azanza pronto estrenará la serie Patria en la que ella encarna a Bittori.
Estudió en la escuela de Arte Dramático Antzerti, en Donostia, donde se diplomó como la primera promoción. Inició su andadura en el teatro profesional, y pronto empezó a trabajar en ETB, la televisión autonómica vasca, que por aquel entonces iniciaba su andadura. Sin dejar atrás sus trabajos en el teatro, ni en el cine.

En estos inicios de su recorrido creativo y artístico, fue una actriz imprescindible en todo aquel germen cultural que se vivió desde el inicio de los 80. Participó en las series que fueron los precursores de la ficción en euskera como 'Bi eta Bat', 'DBH', 'Eskabetxerak'… En películas como 'Aupa Etxebeste!', y en la que se estrenó el año pasado 'Agur, Etxebeste!'. Pero además de actuar, ha escrito textos teatrales como la obra revolucionaria en la escena vasca: 'Ama, begira ezazu', creada junto a Kontxu Odriozola. Ha escrito y dirigido series de televisión como 'Hau da A.U.' y 'Beni eta Marini', junto a Aizpea Goenaga.
A partir de su salto a Madrid, y de su participación en series como 'El Comisario', ha sido reconocida más allá del público de Euskadi, donde ya era un referente.

Ahora, después de dar vida al personaje de Bittori en la serie basada en la novela de Fernando Aramburu, dará el salto internacional con la normalidad y la naturalidad con la que se enfrenta a todos sus trabajos. Una gran actriz, que adora su trabajo pero a la que no le gustan las tonterías.

Una mujer que ha trabajado incansablemente para tener voz y espacio en la comedia, un mundo de hombres, pero también en el drama, reivindicando a través de los hechos y de la lucha constante un espacio para la interpretación pero desde el protagonismo que se reivindica para las historias contadas por o desde mujeres.

 

Una carrera de fondo

—Elena, eres actriz, has interpretado muchos personajes, e incluso uno de los primeros personajes que interpretaste fue el de Helena, dirigido por Luis Iturri. ¿Qué recuerdos tienes de aquellos inicios?

—Si, si, Helena de Troya en 'Las Troyanas' de Eurípides. Fue un montaje que se hizo desde Antzerti, la escuela de Arte Dramático donde estudiábamos, y era una manera de combinar los estudios y el trabajo. Hicimos varios montajes, el primero fue Arlequino servidor de dos amos, dirigido por Ferruccho Soleri, y Las Troyanas fue el segundo gran montaje, desde luego. Fue una experiencia muy interesante en la que trabajamos con Luis Iturri, fundador de la compañía Akelarre, y en aquel momento director del Teatro Arriaga. Con este montaje hicimos una gira por Euskadi y también recorrimos varios teatros de España. Aparte de la experiencia como actriz, me interesó mucho poder abordar una obra clásica, por sus personajes, la estética del coro y sobre todo, por la manera de abordar una tragedia humana que aún hoy sigue vigente.

—De ahí a la tele… al teatro… al cine…

—Había muchas ganas de hacer cosas. Además éramos inquietas y desde que estábamos en la escuela, empezamos a escribir nuestros propios textos y sketches. Nos reuníamos algunas compañeras de Antzerti: Kontxu, Aizpea… y solíamos estar escribiendo o ideando nuevos proyectos. Por aquel entonces el cine empezó a dar sus primeros pasos en Euskadi, ETB estaba haciendo sus primeros programas, y participábamos en todo. Podías estar trabajando en un programa de 'Txirri, Mirri eta Txiribiton' o rodando una película con Medem, era muy intenso. Pero porque teníamos muchas ganas de aprender y de hacer. Nunca me ha gustado estar quieta esperando que sonara el teléfono. Y así surgió 'Ama, begira ezazu!', una obra en euskera que la escribimos Kontxu Odrizola y yo. La hicimos porque nos gustaba hacer teatro y la mayoría de las obras que existían entonces eran lejanas o eran dramas. En cambio, aquella obra nacía de lo cotidiano y era de humor, además de muy disparatado, muy identificable. No sé, se juntaron varios componentes y el resultado fue un éxito impresionante. Hicimos más de 160 representaciones, yendo a todos los pueblos posibles, y siempre llenando todas las funciones.

—¿Ha cambiado mucho el teatro desde vuestros inicios hasta ahora?

—Claro. El público ha cambiado y hay mucha oferta. Pero si ofreces algo interesante, el boca-oído funciona. Aunque el mayor cambio creo que ha venido en cuanto a las infraestructuras. Me acuerdo que en aquellos primeros años había pocos teatros, e incluso algunos sólo se utilizaban para el cine y estaban muy abandonados. Por tanto, en cuanto se empezó a construir un circuito teatral en Euskadi, la mayoría de los lugares donde se iba a actuar eran frontones, que tenían unas condiciones lamentables, la acústica era malísima, no había camerino o servicios, y para el público resultaba muy frío e incómodo. En aquella época además éramos nosotros los que cargábamos la furgoneta, íbamos al pueblo, montábamos el decorado, las luces, el equipo de sonido… después hacíamos la función y vuelta a desmontarlo todo, a llevarlo al local y a descargarlo allí. Cada función era una jornada interminable de horas. Eso también ha evolucionado, ¡menos mal!

—Después de tantos años trabajando en Euskadi, en series de ETB ¿cómo fue trabajar en El Comisario?

—Básicamente es lo mismo; estás haciendo una serie de televisión. Pero no tiene nada que ver, el equipo que es mucho mayor y el tiempo que se toma para grabar cada secuencia también cambia. En fin, es otra escala, aunque el trabajo es el mismo, estás dando vida a un personaje y quieres hacerlo lo mejor posible.
Fueron 11 temporadas, y un equipo de trabajo con el que todavía mantengo una estrecha relación. Normal después de tantos años rodando juntos… Ahora, tenemos un grupo de Whatsapp y estamos todos en contacto. Sabemos cómo le va a cada uno o lo que está haciendo. La verdad es que esta profesión me ha dado la oportunidad de conocer gente estupenda, y tengo la suerte de contar con muy buenos compañeros que son grandes amigos.

 

 

Salto internacional

—Pronto se estrenará Patria, una serie producida por Aitor Gabilondo, para una plataforma como HBO, una serie basada en la exitosa novela de Fernando Aramburu y que trata sobre los conflictos vividos en nuestro país. ¿Cómo ha sido abordar un personaje como Bittori y trabajar con todo el equipo?

—Ha sido un trabajo muy muy intenso. Hemos trabajado mucho y con un equipo que lo ha dado todo. Aitor Gabilondo ha hecho una apuesta firme y ha trabajado con muchísimo empeño para que todo salga bien. No es un trabajo fácil, pero esperamos que el resultado guste. Teníamos la responsabilidad de dar vida a una novela de éxito y el proceso ha sido largo. Empezamos con las pruebas, con la lectura y la relectura de los guiones, con los ensayos, las pruebas y con la preparación del personaje… Mucho trabajo, pero ha sido una suerte tener de compañera a Ane Gabarain, que es amiga y con la que desde 'Bi eta Bat' hemos seguido coincidiendo y trabajando juntas. Tenemos una complicidad que facilita mucho el trabajo, nos entendemos con la mirada, y además, en seguida nos damos cuenta si en algún momento necesitamos la manera de oxigenarnos y de reír, porque ha sido un rodaje largo y duro, donde hemos estado interpretando unos personajes con unas vivencias y unos dramas humanos de mucho sufrimiento.

 

 

Guión y dirección

—También has trabajado como guionista y directora en televisión, has escrito sus propias obras de teatro, adquiriendo como mujer el protagonismo en la narrativa. Empezaste a escribir como mujer, desde tu punto de vista, y para personajes protagonistas que eran mujeres. No ha debido ser un camino fácil.

—Hay mucho para hacer, siempre hay muchas historias que contar, al final es la tenacidad, la ilusión, las ganas… lo que hace que tus proyectos salgan adelante, bueno y un poco de suerte. Tengo la suerte de que me gusta este trabajo. Yo no he mirado a los que no me dejaban pasar, he buscado el resquicio para seguir construyendo. Es verdad que la mayoría de los guionistas son hombres, la mayoría de los directores también, y es normal que cuenten historias desde su punto de vista. Las mujeres no han tenido hueco en la vida real, no han sido heroínas reconocidas, no han tenido un papel protagonista en tramas delictivas, ni históricamente han ocupado espacios determinantes, no se las ve, y es normal que en las historias de ficción también estén relegadas al segundo plano. Pero poco a poco esto va cambiando. Cuesta, sí, pero hay que hacerlo. Acabo de rodar la serie 'Madres' y el productor, Aitor Gabilondo, se empeñó y consiguió que los directores de cada capítulo fuesen mujeres. Creo que ha sido un logro.

Despedimos a Elena Irureta, una actriz generosa, muy divertida y muy querida por todos sus compañeros, porque ha quedado con su sobrino Telmo Irureta, también actor, que además de su primer largo, está preparando una nueva pieza teatral, un trabajador incansable como su tía. Seguiremos de cerca sus nuevos proyectos.