Historias de Tocador

Cosmética y Belleza en la Antigüedad

Del 10 de Julio al 15 de Diciembre de 2015

Desde siempre, hombres y mujeres han mejorado su imagen con los recursos proporcionados por la Naturaleza. En Egipto, Grecia y Roma el uso de cosméticos y aceites perfumados, de tintes o mascarillas y hasta de postizos y pelucas era habitual. Estos secretos se desvelan en la exposición "Historias de Tocador: cosmética y belleza en la Antigüedad" a través de una colección de piezas arqueolócias extraordinarias.

La belleza en la Antigüedad

Para los griegos, la estética y la ética estaban relacionadas. Lo que causaba el bien era bello. Belleza en griego era kaloskagathos, de kalos, ‘bello’, y agathos, ‘virtuoso’. La belleza estaba simbolizada por una figura seductora: la diosa Afrodita.

En cambio, en Roma la belleza dejó de ser una cualidad ideal, casi sobrenatural, para pasar a convertirse en una cualidad capaz de intervenir en la vida diaria, facilitándola y mejorándola. La belleza bajó de los cielos y se materializó.

Arreglarse peinarse, perfumarse y cuidar de la higiene personal son cosas que hacemos habitualmente. Ir al gimnasio o a la peluquería son pequeños lujos que nos ayudan a sentirnos a gusto con nuestro cuerpo y la imagen que proyectamos a los demás. Aunque parece que estamos hablando de cosas muy actuales, nada de esto es nuevo. Desde la Antigüedad, hombres y mujeres han tratado de mejorar su imagen personal haciéndose servir de todos los recursos que la naturaleza les proporcionaba. El uso de cosméticos y aceites perfumados, de tintes o mascarillas, de postizos y pelucas era habitual. Ahora estos secretos se desvelan en la exposición “Historias de Tocador, cosmética y belleza en la Antigüedad”.

La exposición es una invitación a viajar, a descubrir el concepto de la belleza en la Antigüedad y las técnicas cosméticas de las que se servían para alcanzar la belleza física del cuerpo humano que trascendía a lo más espiritual… Muestra cómo el cuidado del aspecto personal es común a todas las épocas, invitando al visitante a establecer vínculos con la Antigüedad mediante los pequeños gestos cotidianos relacionados con la belleza, en los que todos nos reconocemos.

La exposición

La exposición se divide en cuatro ámbitos:

  • Ungüentos y Perfumes
    Los romanos contaban con muchos tipos de perfumes, desde el simple aceite de rosa a los más costosos y exóticos llegados de Egipto, como el Metopion, el Megalium o el Myrobalana.
  • Cosmética y Joyería
    En Grecia y Roma era costumbre pintarse con maquillaje muy vivo y contrastando colores. En Roma se apreciaba tener la piel lo más blanca posible.
  • Los peinados
    Griegos y romanos iban siempre bien peinados, ya que se consideraba un signo de civilitas. Las mujeres de clase acomodada siempre llevaban el cabello bien recogido, y aumentaban su volumen con postizos y gruesas trenzas.
  • El cuidado del cuerpo
    La higiene, era algo cotidiano en la vida social de Roma. Las termas y baños públicos albergaban también hermosas bibliotecas y gimnasios. En ellos se cultivaba el cuerpo pero también la mente y como no, las relaciones sociales.

El cruce constante de miradas al pasado y al presente es un concepto que se traduce en un montaje expositivo en el que las imágenes que envuelven las colecciones permiten contrastar el ideal de belleza contemporánea con el ideal de belleza de una época pasada y que ahora nos permite descubrir que nuestros cánones son similares a los de la época clásica.

“Historias de Tocador”, comisariada por Teresa Carreras, ha contado con la colaboración, del Museo del Perfume- Fundación Júlia Bonet de Andorra, del Museo Bellas Artes de Bilbao y de la peluquería César de Irun.